viernes, 6 de febrero de 2009

Primera y última noche

Te dije que vinieras
te lo pedí
aún recuerdo cómo temblaba por dentro
viéndote llegar hasta la cama.

Te quedaste
quieto
mirando al techo.
Fue el momento del primer
torpe y hermoso beso.

Me abrazaste
y esa fue la primera
de tantas otras noches
y abrazos
y besos (ya no torpes)

Ahora
no estoy.
Los teléfonos no tienen
abrazos ni besos
y
duele.

Es demasiado adentro
(tanto que ni yo puedo entrar)
el lugar donde los días
y las noches
en tus brazos
arden con fuego mudo y desconocido.

Dirás
que solo son palabras.
Tal vez estás en lo cierto.

Tal vez sean palabras
las que te lleven lejos de mí
así como una palabra
te trajo.


Vení, te dije,
y aún recuerdo el miedo
en tus ojos.

Es el mismo que ahora
en los míos hay
pero no puedes ver.

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